En septiembre volvemos a la rutina, la vuelta al trabajo, estudios, etc… Después de la época estival y las bien merecidas vacaciones, todo son buenos propósitos.
Queremos apuntarnos al gimnasio, dejar de fumar, aprender un idioma, estudiar una carrera nueva… Pero… ¿Nos hemos parado a pensar en la calidad y cantidad de nuestros objetivos?
Lo primero que debemos hacer es analizar cada uno de nuestros nuevos objetivos, proponernos una fecha para cumplirlos, buscar las herramientas de las que disponemos actualmente y conocer cuáles debemos conseguir para llegar a la meta propuesta. También debemos analizar que la consecución de las mismas también sea realista.
Es muy importante que el objetivo en cuestión sea realista y que nos incumba única y exclusivamente a nosotros mismos. No puedo plantearme un objetivo que se base en el esfuerzo o implicación, por mínima que sea, de otra persona (por ejemplo, conseguir que mi hijo coma pescado), ya que cabe la posibilidad de que no lo cumplamos, aún habiendo puesto todo de nuestra parte, ya que interviene también la voluntad de otro individuo.
Tampoco podemos pretender conseguir metas que son físicamente imposibles, como por ejemplo si una persona de 1´60 m se propone medir 1´80. Ahora se ve lógico, pero a veces nos empeñamos en conseguir cosas así de complejas…
Una vez hemos analizado todo esto de cada uno de nuestros objetivos, es el momento de mirar cuántos objetivos pretendemos abarcar al mismo tiempo y si son compatibles entre ellos. Es imprescindible calendarizar nuestras acciones para conseguir estos objetivos, ya que debemos ver que, aunque los objetivos en sí sean compatibles, no se conviertan en incompatibles por cuestión de otros factores, como podría ser tiempo o dinero (si el martes a las 18h voy al gimnasio no puedo ir ese día a la misma hora a clase de inglés).
Ya sé que lo que estoy escribiendo no es desconocido para nadie, e incluso puede que estéis pensando que no es necesaria una explicación para algo tan sencillo, pero como casi todos vosotros sabéis, debido a mi profesión como Coach, veo muchos casos de objetivos desproporcionados, irreales, o mal gestionados, simplemente por el hecho de que no solemos sentarnos previamente a hacer este análisis.
¿Por qué no empezamos por el principio?
Recordad que en esta vida se puede conseguir todo lo que uno se proponga siempre que se gestione bien el proceso que se elija para caminar hacia esa meta. Os deseo muchos éxitos con vuestros nuevos objetivos.
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